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El cambio de hábitos la clave para tener un estilo de vida saludable.
Escrito para Fitness por Brenda Yadira Uribe González
El sobrepeso y la obesidad son enfermedades que se caracterizan por un estado inflamatorio crónico de las células, lo cual conlleva a lo largo del tiempo al desarrollo de diversas enfermedades como son la Diabetes Mellitus, Hipertensión Arterial Sistémica, alteraciones en los lípidos, infartos cardiacos, enfermedad vascular cerebral, miomas uterinos, quistes de ovarios; incrementa la probabilidad de desarrollar cáncer de (próstata, útero, mama, colon), entre otras.
México es el primer lugar en cuanto a obesidad se refiere tanto de adultos como infantil.
Las mujeres son las más afectadas. Actualmente el 70% de la población adulta mexicana padecen de obesidad, mientras que dos de cada 10 niños lo padecen; siendo nuestro país el primer lugar en obesidad infantil.
La OMS (Organización Mundial de la Salud), refiere que en México hay 80 millones de personas adultas con sobrepeso u obesidad, de los cuales aproximadamente hay cinco millones que tienen el riesgo de desarrollar Diabetes Mellitus en los próximos años. Los estados del país que mayor problema tienen son los estados de Coahuila, Baja California, Tamaulipas y Colima.
La obesidad se ha convertido en un problema serio de salud pública que rebasará las capacidades institucionales para atender a todas sus complicaciones.
La OPS/OMS colabora brindando cooperación técnica a México en la lucha para controlar esta enfermedad, especialmente por la influencia que tiene en la aparición de muchos otros problemas de salud.
La forma de prevenirlo es sumamente sencillo y no se trata de medidas milagrosas ni de ponerse a dieta queriendo reducir los kilos ganados durante años en un mes, sino es entender QUE SE TIENE QUE HACER UN CAMBIO DEL ESTILO DE VIDA PARA EL RESTO DE LA VIDA que incluye una alimentación equilibrada, un ejercicio adecuado y un control metabólico.
En cuanto a la alimentación, se recomienda que sea realizada y vigilada por un experto en nutrición, ya que depende de cada individuo (edad, sexo, actividad física y patologías asociadas).
La dieta debe ser equilibrada (contener los tres macronutrientes en cada alimento), suficiente (para cumplir los requerimientos diarios), adecuada (para cada individuo), inocua (no causar ningún daño). Además se recomienda que sea dividida en quintos (desayuno, comida y cena y dos colaciones) con la finalidad de mantener los niveles de glucosa sanguíneos estables, favorece la digestión. Además que debe de tener la suficiente cantidad de agua (dependiendo cada individuo, pero en general es entre 2 a 5 litros diarios) y contener los suplementos y complementos adecuados.
En cuanto al ejercicio, si aún no se ha practicado ningún deporte, tampoco es conveniente iniciar con ejercicios muy extenuantes. El experto debe de valorar cual es el deporte indicado dependiendo de las características de cada individuo con la finalidad de evitar lesiones articulares, provocar un riesgo de algún problema cardiaco además de ir conforme a la meta de cada paciente (bajar de peso, desarrollo muscular, etc.)
No siempre es posible realizar el ejercicio dentro de un gimnasio, pero si se puede iniciar con pequeños cambios dentro de la vida diaria como son dejar de usar el elevador, caminar en lugar de usar el automóvil, entre otras cosas. La idea es por lo menos caminar 30 minutos diarios, que preferentemente deben de realizarse en forma continua, aunque es un hecho que el ejercicio se suma durante todo el día.
El control metabólico es muy importante y también debe de realizarse por un médico. El organismo es un todo, así que es fácil comprender que si existe una alteración en colesterol, acido úrico, triglicéridos, glucosa (por mencionar algunos), es lógico pensar que se debe de “nivelar todo” por así decirlo para que el organismo marche en forma adecuada.
Parece difícil, en realidad no lo es. Si se tiene toda la disposición del mundo para hacerlo es sumamente sencillo. El primer paso es entender que se tiene que cambiar el estilo de vida, posteriormente hacer el o los cambios de hábitos, y de esta manera lograr una mejor calidad de vida.
Recuerda, si tu alimento es tu energía, no metas energía de mala calidad a tu cuerpo.