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Las enzimas trabajan para que los alimentos entren al torrente sanguíneo.
Escrito para Fitness por Ana Cecilia Becerril
La nutrición es el proceso de consumo, absorción y utilización de los nutrientes necesarios para el crecimiento y desarrollo del cuerpo y para el mantenimiento de la vida; los nutrientes son sustancias químicas que se encuentran en los alimentos y que nutren el cuerpo.
Para determinar si se están consumiendo suficientes nutrientes es necesario acudir con el médico quien lo investigará a través de:
- hábitos alimentarios y dieta,
- con exámenes de laboratorio,
- exploración física,
- composición corporal, que mida la cantidad de grasa y músculo así el médico sabrá e informará de su estado orgánico actual.
Generalmente los nutrientes se dividen en dos clases: macro y micronutrientes.
Los macronutrientes, que incluyen proteínas, grasas, carbohidratos y algunos minerales, se requieren diariamente en grandes cantidades. Constituyendo la mayor parte de la dieta y suministran la energía y los componentes necesarios para el crecimiento, el mantenimiento y la actividad.
Los micronutrientes se requieren en pequeñas cantidades, como son vitaminas, oligoelementos.
Quedando en otro rubro las fibras, siendo componentes no digeribles, pero útiles para mejorar el movimiento del tubo digestivo, moderar los cambios de azúcar y colesterol en sangre e incrementar la eliminación de toxinas.
Digestión de Hidratos de Carbono
Como en todo proceso digestivo, y los carbohidratos no son la excepción, los alimentos que ingerimos son transformados por diversas sustancias conforme avanzan por el tubo digestivo. En efecto, ya que los alimentos que comemos están hechos de moléculas demasiado grandes para que puedan ser absorbidas, éstas deben ser "digeridas" por otras sustancias llamadas enzimas con el fin de formar moléculas más pequeñas y que puedan entrar al torrente sanguíneo.
El ser humano consume esencialmente unos pocos tipos de hidratos de carbono. Entre los principales figuran la sacarosa (azúcar de mesa), lactosa (de la leche), almidones y la celulosa. Los tres primeros son digeridos para formar moléculas más pequeñas. La celulosa no, pues el ser humano no posee enzimas que la transformen. Sin embargo, ninguna transformación enzimática de magnitud se produce a nivel estomacal.
El resto de los almidones ingeridos y que no alcanzaron a ser transformados en la boca, se digieren por acción de otra enzima: la amilasa pancreática. Como producto de esta acción enzimática dada por la saliva y las secreciones pancreáticas, se forman sustancias llamadas disacáridos. Estos, todavía son moléculas grandes que no son capaces de absorberse adecuadamente. Entonces son atacados por varias enzimas propias del intestino formándose los llamados monosacáridos.
A nivel de las vellosidades intestinales que recubren la pared intestinal, los monosacáridos son absorbidos hacia el torrente sanguíneo. Desde ahí pasarán a todas las células del organismo para ser utilizadas como combustible (energía libre directa).
La glucosa constituye cerca del 80% de la carga total de monosacáridos absorbidos, de la cual las tres cuartas partes se derivan del almidón ingerido, y el resto de la sacarosa y lactosa (19%) digeridas. Mediante un proceso de transporte activo que requiere energía, la glucosa es absorbida hacia el torrente circulatorio, a nivel del intestino delgado.
La galactosa representa el 5% de los monosacáridos absorbidos, la misma que en su mayor parte se absorbe por transporte activo. La absorción de la fructosa o el azúcar de las frutas (el 15% restante del total de monosacáridos absorbidos) no requiere energía metabólica, aunque está involucrado un sistema transportador específico en un proceso facilitado pasivamente. Por ello los carbohidratos son absorbidos en el duodeno y mitad proximal del yeyuno (intestino delgado).
La energía que dan los carbohidratos es utilizada casi instantáneamente en el organismo y es la que más se gasta en situaciones de estrés o actividad física intensa y rápida.
En resumen, los productos de la digestión de los carbohidratos son los disacáridos (maltosa e isomaltosa), maltotriosa, dextrinas y pequeñas cantidades de monosacáridos (glucosa, fructosa y galactosa).
Sólo los monosacáridos pueden absorberse a través de la mucosa intestinal hacia la sangre, pues dicha mucosa es impermeable a los disacáridos, estos se digieren en monosacáridos y se absorben simultáneamente en el borde en cepillo o microvellosidades de las células del epitelio cilíndrico de la mucosa. Las disacaridasas (maltasa, lactasa y sacarosa) y la dextrina, están situadas en el borde en cepillo. La digestión en este sitio produce glucosa, galactosa y fructosa, éstas son llevadas a la circulación general a través de la mucosa intestinal.