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Son varias las causas que pueden llevar a este tipo de adicción.
Escrito para Fitness por Harry Pereyra Christiansen
El alcoholismo es una enfermedad ya que afecta el funcionamiento biológico, fisiológico y psicológico de toda persona que desarrolla una dependencia al consumo de la misma.
En esencia su dependencia es de dos tipos: biológica y psicológica. En la primera se desarrolla tolerancia al alcohol, lo que en palabras sencillas significa que para que lograr los efectos sensoriales y psicológicos obtenidos en los primeros consumos, necesito beber más cantidad que al principio.
Cuando la persona desarrolla dependencia al alcohol, en su funcionamiento global ocurren cambios severos que van desde lo fisiológico (el funcionamiento interno cerebral, que comanda el funcionamiento global del cuerpo) a lo psicológico. La persona cambia por el desequilibrio bioquímico que se está produciendo en su cerebro y al mismo tiempo su manera de percibir e interpretar el mundo se ve distorsionado. Esto impacta directamente en la manera que se relaciona con todo su entorno social.
Las etapas de riesgo para desarrollar dependencia al alcohol (alcoholismo) son la pubertad y la adolescencia. En esta etapa el ser humano inicia un proceso de “búsqueda de su Identidad”, el saber quién soy, el surgimiento del enamoramiento como experiencia psicológica nueva, la necesidad psicológica de pertenecer a un grupo de pares, etc. Es muy frecuente encontrar que un adolescente que empieza a beber en exceso tiene un correlato de problemas familiares previos al inicio de su consumo. Problemas familiares que permanecen irresueltos y que la familia sólo sobrevive emocionalmente, NEGANDO el impacto emocional que estos tienen en su vida familiar.
El adolescente también bebe por “adaptarse” al grupo de pares que asume “una conducta adulta” al beber, también bebe por imitación no sólo de los adolescentes mayores a él sino por imitar la conducta del padre alcohólico. Es importante señalar que las motivaciones para desarrollar un problema de dependencia al alcohol son múltiples y sobretodo inconscientes para la persona. De ahí la relevancia de recibir un apoyo multidisciplinario de tratamiento.
El grado de afectación que el alcoholismo produce en la vida de la persona, está directamente relacionado con la etapa de vida en que se encuentra. Un adolescente básicamente tiene responsabilidades centradas en lo escolar y familiar; un adulto tiene responsabilidades centradas en lo laboral, lo familiar (tanto como esposo y padre), social (lo que se espera de él), moral.
En lo escolar podemos apreciar ausentismo, conflictos y deserción como manifestaciones de problemas subyacentes más complejos. En lo familiar se observan serias dificultades en respetar la autoridad de los padres, las reglas de la casa, los límites que se trazan a la conducta de los miembros de la familia.
Con demasiada frecuencia los miembros de la familia sólo prestan atención a las conductas disruptivas del adolescente sin observar las demás conductas imperantes dentro del sistema familiar al que él pertenece. Es decir, es muy frecuente que sus conductas disruptivas corran en paralelo a la de otros de los miembros de la familia, por ejemplo conflictos conyugales en sus padres.
El diagnóstico del alcoholismo debe ser llevado a cabo por un equipo interdisciplinario de salud: médico, psicólogo y psiquiatra quienes al hacer una evaluación conjunta de la disfunción de la persona en sus diferentes roles determinan si se trata de un problema de USO, ABUSO o ADICCIÓN. Niveles que sólo personal calificado en el tratamiento de las adicciones puede determinar.
Como es habitual la persona que padece alcoholismo es la última en poder darse cuenta y admitir su enfermedad. Lo anterior debido a que subyacen enfermedades en paralelo como depresión clínica, trastornos de ansiedad generalizada, TDAH, TDA, que no han recibido una atención clínica. La mayoría por causas de un mal apego al tratamiento por parte de la familia.
Los problemas de adicción al alcohol y a drogas más duras son un problema de salud bastante serio en estos tiempos de modernidad y de éxtasis tecnológicos, pero con una gran brecha de desentendimiento de los problemas de dolor y sufrimiento humano. La enfermedad adictiva es resultado, y gestora de experiencias de dolor y sufrimiento humano alojadas en la historia familiar, de sus diferentes generaciones. No todos con antecedentes de alcoholismo pero sí con dificultades serias de comunicación y de capacidad para expresar el abanico de emociones que los seres humanos experimentamos al vivir en familia.
En otra entrega hablaremos con más detalle de las complejidades inconscientes que alberga la enfermedad adictiva.