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El ejercicio de manera gradual y constante favorecer el tono muscular y el retorno venoso y así ayuda a mejorar la presión arterial.
Escrito para Fitness por Ana Cecilia Becerril
Los trastornos vasovagales son muy frecuentes; ocurren en todas las edades, y afectan a varones y mujeres por igual.
Los factores precipitantes incluyen estímulos emocionales, dolor, observar sangre, fatiga, intervenciones médicas, pérdida de sangre o estar parado sin movimiento durante tiempo prolongado.
Las disminuciones mediadas por el vago en la presión arterial y el ritmo cardiaco se combinan para producir disminución de riego al sistema nervioso central y síncope subsecuente. Estos episodios en general empiezan mientras el paciente esta erecto, ya sea de pie o sentado y rara vez en una posición horizontal.
En general precede al síncope un pródromo que dura de 10 segundos a algunos minutos y puede incluir cansancio, leve dolor de cabeza, náuseas, palidez, sudoración fría, salivación, visión borrosa y taquicardia.
El paciente, quien después pierde la conciencia y cae al suelo, esta pálido, sudoroso y tiene las pupilas dilatadas. Durante la inconciencia, pueden ocurrir movimientos involuntarios de las extremidades, también puede haber incontinencia urinaria.
El paciente se recupera con rapidez de la inconciencia después de asumir la posición horizontal, pero se puede notar nerviosismo, mareo, dolor de cabeza, nauseas, palidez, sudoración y una urgencia para defecar. Puede haber un estado de confusión con desorientación y agitación breve. El síncope puede recurrir, en especial si el paciente se para en los siguientes 30 segundos.
La confianza proporcionada y una recomendación para evitar los factores precipitantes son, por lo general, el único tratamiento necesario.
La hipotensión ortostática se considera una de las diversas causas que provocan los síncopes. Ésta ocurre con mayor frecuencia en varones que en mujeres y se presenta sobre todo en la sexta y séptima décadas de la vida. Sin embargo, puede aparecer incluso en adolescentes. Por lo general, hay pérdida de la conciencia al pararse con rapidez, al estar parado sin moverse durante mucho tiempo (en especial después del ejercicio) y al pararse después de haber estado acostado mucho tiempo.
Hay muchas causas que también provocan hipotensión ortostatica idiopática, como: hipovolemia o hemorragias, enfermedad de Addison, medicamentos, neuropatías, trastornos neurológicos, trastornos cardiovasculares y descansos prolongados en cama.
El diagnóstico de hipotensión ortostatica se establece al demostrar una baja de presión arterial de por lo menos 30 mmHg en la sístole o 10 mmHg en la diástole, cuando el paciente se pone de pie después de permanecer recostado.
La hipotensión en adultos se define de manera tradicional como una presión arterial sistólica de 90mmHg o menor. Sin embargo algunos adultos normales pueden tener estos valores bajos sin efectos perjudiciales y algunas personas hipertensas desarrollar choque con lo que de ordinario se consideran presiones arteriales normales.
La exploración física detallada, un examen neurológico y estudios de laboratorio establecen bien la causa del trastorno.
Debe descontinuarse cualquier medicamento que pueda ocasionarla si es posible y se le aconseja al paciente que se levante en forma gradual, levante la cabecera de la cama y utilice medias elásticas de soporte hasta la cintura y hacer ejercicio de manera gradual y constante para favorecer el tono muscular y el retorno venoso y así ayudar a mejorar la presión arterial.