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Una de las causas es el exceso de ingestión de calorías.
Escrito para Fitness por Ma. Inés Balbuena
La obesidad se define como exceso de tejido adiposo. No hay acuerdo general sobre el criterio exacto para considerar qué tanto es demasiado. La cuantificación precisa de la grasa corporal requiere técnicas complicadas, por lo general no disponibles en la práctica clínica.
En la mayor parte de las situaciones, basta el examen físico para descubrir un exceso de grasa corporal. Dos métodos de uso común para la valoración más cualitativa son: el Peso Relativo (PR) y el Índice de Masa Corporal (IMC).
Peso relativo (PR): Es el peso corporal medio, dividido entre el peso deseable x 100, que es el valor medio que se recomienda para una talla determinada. Como el PR no hace la diferencia entre el exceso de grasa o el "exceso" de músculo, puede usarse el IMC para reflejar de manera más adecuada la presencia de exceso de tejido adiposo.
El Índice de Masa Corporal: Se calcula al dividir el peso corporal medido en kilogramos entre la estatura en metros cuadrados. El IMC "normal" es de 20 a 25 kg/m2.
Los Institutos Nacionales de Salud definen la obesidad como un peso relativo mayor de 120% (IMC mayor de 27.5 kg/m2), la leve es un peso relativo de 120 a 140% (IMC 27.5 a 30 kg/m2), la moderada es un peso relativo de 140 a 200% (IMC 30 a 40 kg/m2) y la grave o "mórbida" es un peso relativo mayor del 200% (IMC mayor de 40 kg/m2).
Datos recientes sugieren que el exceso de grasa en la parte superior del cuerpo alrededor de la cintura y en el flanco, constituye mayor peligro para la salud que la grasa de la parte inferior de los muslos y glúteos. Los pacientes obesos en relación cintura/cadera altas, tiene riesgo mucho más importante de diabetes sacarina, coronariopatías, y muerte temprana, que los obesos en relación cintura caderas menores.
Una diferenciación mayor de la localización del exceso de grasa sugiere que la grasa visceral, dentro de la cavidad abdominal, es más peligrosa para la salud que la subcutánea alrededor del abdomen.
Consecuencia de la obesidad para la salud:
La obesidad se acompaña de aumentos importantes de la morbilidad y de la mortalidad. En personas obesas ocurren con mayor frecuencia muchos trastornos, los más importantes y comunes son: hipertensión, hiperlipidemia, enfermedad articular degenerativa e incapacidad psicosocial, algunos tumores en el varón CA de próstata, en la mujer ovario y mama, transtornos tromboembólicos, enfermedades del aparato digestivo, cálculos vesiculares, esofagitis por reflujo y trastornos cutáneos.
Los obesos también tienen mayor peligro de deterioro funcional pulmonar, anormalidades endocrinas, y aumento en la concentración de hemoglobina. El índice de mortalidad aumenta en proporción con el grado de obesidad, pesos relativos de 130% se acompañan de un incremento de la mortalidad del 35% y pesos relativos del 150% del doble de la mortalidad. En los pacientes con obesidad mórbida el aumento de la mortalidad es por lo general de hasta 10 veces mayor.
Hasta fecha reciente se consideraba que la obesidad era resultado directa de un estilo de vida sedentario, aunado a una ingestión crónica de exceso de calorías, pero en la actualidad existen evidencias de influencias genéticas poderosas para el desarrollo en algunos tipos de obesidad. Estudios realizados en animales han identificado un gen que cuando se inutiliza por mutación, causa obesidad. El gen normal produce una proteína llamada "leptina" que controla el apetito. Cuando la leptina es defectuosa, los ratones comen una cantidad intensa de grasa, cuando se complementa la leptina, los ratones pierden peso. Estudios en humanos confirman la existencia de un gen humano casi idéntico, se ha establecido la hipótesis de que dosis extras de leptina pueden ser eficaces en la reducción de la obesidad humana.
Evaluación médica:
Puede obtenerse información histórica sobre la edad de inicio, cambios recientes de peso corporal, historia familiar de obesidad, historia ocupacional, conducta de ingestión de alimentos y ejercicio, uso de cigarrillos y alcohol, experiencias previas de pérdida de peso y factores psicológicos. Resulta necesario dirigir una atención particular al uso de laxantes, diuréticos, hormonas, suplementos nutritivos y fármacos de venta libre. El examen físico debe referirse al grado de distribución de la grasa corporal, estado nutricional general y signos de causa secundarios de obesidad.
Menos del uno por ciento de los pacientes obesos tiene una causa secundaria e identificable de obesidad. El hipotiroidismo y el Síndrome de Cushing son ejemplos importantes que se pueden diagnosticar de ordinario mediante un examen físico. Estos pacientes requieren examen endocrinológico.
Tratamiento:
Con el uso de técnicas convencionales, sólo 20% de los pacientes perderá cerca de nueve kilogramos y mantendrá la pérdida por más de 2 años; 50% conservará una pérdida de cerca de 18 kilogramos. El prolongado contacto cercano del proveedor de salud y el paciente, parece ser más importante para el éxito del tratamiento que las características específicas de cualquier régimen terapéutico dado.
La selección cuidadosa del paciente mejorará las tasas de éxito y disminuirá la frustración tanto para los pacientes como los terapeutas. Sólo un paciente suficientemente motivado debe entrar en los programas del tratamiento.
El ejercicio aeróbico a intensidad moderada, ayuda a controlar el peso corporal. Los programas que tienen más éxito emplean un procedimiento multidisciplinario para la pérdida de peso con dietas hipocalóricas, modificación del comportamiento para cambiar la conducta de ingestión de alimentos, ejercicio aeróbico y soporte social. Debe enfatizarse el mantenimiento de pérdida de peso.
Se sugiere lograr cambios a largo plazo en la conducta de ingestión de alimentos para mantener la pérdida de peso, aunque se dispone de programas formales acerca de la modificación de la conducta, a los cuales puede referirse a los pacientes. El médico que atiende a los pacientes obesos puede diseñar varias técnicas de comportamiento útiles. Las técnicas más importantes consisten en enfatizar la planeación y mantenimiento de registros. Puede enseñarse a los pacientes a planear menús y sesiones de ejercicios y registrar su conducta real. El mantenimiento de registro no sólo ayuda a los cambios de comportamiento, también ayuda al proveedor de salud a hacer sugestiones específicas para resolver problemas. Puede enseñarse a los pacientes a reconocer indicios de los deseos de comer (emocionales, situaciones, etc.) y cómo evitarlos o controlarlos. También son útiles para muchos pacientes los sistemas de recompensa y contratos financieros reintegrables.
El ejercicio ofrece múltiples ventajas a los pacientes que intentan perder peso y mantenerlo. Los ejercicios aeróbicos aumentan directamente el gasto diario de energía y resultan particularmente útiles como terapéutica de mantenimiento a largo plazo. El ejercicio también preserva la masa corporal magra y previene parcialmente la disminución de gasto de energía basal.
Los pacientes con obesidad intensa, pueden requerir regímenes de tratamiento más enérgicos. Las dietas muy bajas en calorías (menos de 800 Kcal/día) dan como resultado una pérdida rápida de peso y notable mejoría en las complicaciones metabólicas relacionadas con la obesidad. Los efectos adversos como fatiga, hipotensión ortostática, intolerancia al frío y trastornos de líquidos y electrolitos, se observan en proporción al grado de reducción de calorías y requieren supervisión regular por un médico.
Los pacientes se mantienen comúnmente en estos programas durante cuatro a seis meses y pierden un promedio de casi uno a dos kilogramos por semana.
Se dispone de fármacos para el tratamiento de la obesidad, tanto de venta libre como por prescripción. Los estudios realizados de los medicamentos aprobados demostraron típicamente una pérdida modesta de peso, en estudios a corto plazo, pero esta pérdida se recuperaba luego de suspender el fármaco.
Aunque la cirugía es el último recurso para el tratamiento de la obesidad, más de 100,000 pacientes se han sometido a terapéutica operatoria, las operaciones gástricas son ahora los procedimientos de elección, los más populares son: la gastroplastía de banda vertical, en la cual se forma una bolsa más pequeña del estómago y los procedimientos de derivación gástrica. Ambos procedimientos dan lugar a pérdida significativa de peso, los estudios tienden a favorecer los procedimientos de derivación gástrica, este es particularmente útil en pacientes que consumen grandes cantidades de dulces.
Por lo anterior, como se observa, el tratamiento de la obesidad es multidisciplinario y depende en gran medida de los pacientes, el éxito del tratamiento.