El
Sistema Nervioso
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El
control del cuerpo por parte de los hemisferios es cruzado. Es decir, el
hemisferio derecho domina la mitad izquierda del cuerpo, y el izquierdo,
la derecha
Por
Ana Cecilia Becerril*
Los hemisferios
El hemisferio derecho y el
izquierdo controlan funciones absolutamente diferentes. Mientras el
primero manda sobre facultades como la capacidad creativa, artística y la
orientación espacial; el segundo lo hace sobre otras, como el cálculo
matemático, la comprensión verbal y la memoria. A pesar de ello, ambos
se complementan.
Cada hemisferio está
externamente dividido en cuatro lóbulos estos son: frontal, parietal,
occipital y temporal. En ellos se encuentran áreas motoras y sensitivas
específicas. El control del cuerpo por parte de los hemisferios es
cruzado. Es decir, el hemisferio derecho domina la mitad izquierda del
cuerpo, y el izquierdo, la derecha.
El cerebelo
El
cerebelo es la segunda parte más grande del encéfalo. Pesa alrededor de
140 grs, y mide unos 10 cm de ancho, 5 de alto y 6 de largo. Está ubicado
debajo de la parte posterior de los hemisferios cerebrales, y encima del
bulbo raquídeo y el puente de Varolio.
Tiene forma ovoide y está dividido en dos hemisferios y una porción
media, por lo que en algunos casos recibe el nombre de “segundo
cerebro”.
Sus neuronas, que se enlazan con las del cerebro y la médula espinal,
tienen por función coordinar los movimientos, haciéndolos suaves y
precisos, y controlar el equilibrio, la postura y la orientación del
cuerpo.
Es
una estructura que se ubica detrás del tronco encefálico y debajo del lóbulo
occipital de los hemisferios cerebrales. En su parte externa, está
formado por una sustancia gris y en la interna por una sustancia blanca.
Su
función es dirigir la actividad motora del individuo. Controla
movimientos musculares amplios -motricidad gruesa- como caminar, y otros más
específicos -motricidad fina- como poner la llave en la cerradura o
enhebrar una aguja.
La
inteligencia se refiere a la habilidad de conocer y entender las
cosas. Se trata de un proceso complejo, ya que están involucradas las
facultades de estudio, memoria y comprensión, además de la creatividad,
imaginación, voluntad, sensibilidad, entre otras.
Para
determinar el nivel de inteligencia, los especialistas han establecido el
cociente intelectual (CI), que mide las aptitudes de una persona, al
comparar su eficacia con el nivel promedio de una serie de individuos con
similares características (edad, cultura, estado físico, etcétera).
Esta medida no
constituye un valor cuantitativo (en cantidad o números) de la
inteligencia, sino que se refiere a la capacidad o habilidad de la persona
respecto a los temas o campos investigados.
Los sistemas
que miden el cociente intelectual se basan en el estudio del psicólogo
estadounidense David Wechsler, que partió de la observación de que
ciertas pruebas eran resueltas con éxito a una edad determinada por la
mayoría de los individuos. A continuación, relacionó la edad natural y
la edad mental del sujeto, y de esta relación dedujo el cociente
intelectual. Lo curioso es que el cociente obtenido se mantiene prácticamente
invariable con el crecimiento de la persona y hasta la vejez.
Un cociente
superior a 150 corresponde a la categoría de genio. En tanto que el
cociente normal promedio es 100.
Aunque
el cerebro tiene el dos por ciento del peso total del cuerpo, necesita del
20 por ciento de la sangre para que transporte oxígeno y glucosa,
elementos esenciales sin los que se deterioraría rápidamente, y cuya
falta produce mareo, confusión y la pérdida de la conciencia.
Después
de cuatro a ocho minutos de privación de oxígeno -como, por ejemplo, a
causa de asfixia- se produce daño cerebral o muerte.
El
puente Neuronal o Tronco Encefálico
Corresponde
a una estructura que está formada por tres subdivisiones. Une la médula
con el cerebro. En él, la distribución de la sustancia gris y la blanca
es inversa a la del cerebro. La sustancia gris está al centro y la blanca
en la periferia. Está constituido por tres partes:
-
Bulbo raquídeo: ubicado sobre
la médula, es el órgano conductor de impulsos sensitivos hacia el
cerebro, y de impulsos motores desde el cerebro hacia las otras vías.
Como centro elaborador, controla la respiración, la frecuencia
cardiaca y la deglución.
-
Protuberancia anular: se
encuentra entre el mesencéfalo y el bulbo raquídeo. Su función es
la de centro reflejo de las expresiones fuertes como el llanto y la
risa.
-
Mesencéfalo:
estructura que posee fibras que
comunican el cerebelo, el bulbo y la médula con el cerebro. Regula el
grado de abertura de la pupila y otras actividades reflejas motoras.
Uniendo
la médula espinal y el cerebro está el tallo cerebral o tronco encefálico,
de unos 7,5 cm de longitud.
Esta
estructura contiene centros que regulan varias funciones vitales para la
supervivencia, entre las que se incluyen los latidos del corazón, la
respiración, la presión sanguínea, la digestión y ciertas acciones
reflejas, como tragar y vomitar. Además, es el encargado de estimular la
función reticular (del ojo) que mantiene al cerebro despierto y alerta,
controlar el sueño, regular los reflejos originados en la médula espinal
y mantener el tono muscular y la postura -que es la rigidez o tensión
muscular que nos permite mantener la espalda erguida o en posición
vertical mientras estamos de pie o sentados-.
En
la parte superior del tallo cerebral está el puente de Varolio, que también
recibe el nombre de protuberancia anular. Esta estructura es la parte del
cerebro situada entre los pedúnculos cerebrales por arriba y el bulbo
raquídeo por abajo.
El tálamo
El
tálamo es una masa ovoidal gris de unos 4 cm de longitud, ubicada en la
parte superior del tallo cerebral.
Está
formado por una agrupación de neuronas cuya especialidad es analizar y
dirigir las señales sensoriales a los centros nerviosos especializados,
situados en la corteza cerebral.
En
torno al tálamo se encuentran los ganglios basales, masas circulares de
materia gris situadas en lo profundo del cerebro, que ayudan a controlar
las secuencias de movimiento, como el caminar.
Otra
estructura -del tamaño de un terrón de azúcar- que se encuentra en la
base del cerebro es el hipotálamo, lugar donde interactúan los
sistemas nervioso y hormonal del cuerpo -por la presencia de la hipófisis,
glándula que secreta hormonas con efectos sobre una amplia gama de
procesos fisiológicos-.
El
hipotálamo es el responsable de la regulación de la temperatura
corporal; realiza el balance del agua y la sal requerido por el cuerpo;
controla el flujo sanguíneo, el apetito y la ingestión de alimentos, el
ciclo sueño-vigilia y la actividad hormonal. También interviene en las
respuestas a emociones como la rabia y el temor.
El bulbo raquídeo
El
bulbo raquídeo o médula oblongada es la continuación superior de la médula
espinal -que comienza junto con la columna vertebral en la base del
cuello-, limitando hacia arriba con el tallo cerebral. Tiene forma de pirámide
ensanchada en posición inversa a la de la médula espinal y mide unos
tres centímetros de longitud.
En
esta zona están los núcleos que controlan los centros respiratorios, el
centro regulador de los movimientos peristálticos del tubo digestivo y,
el centro vasoconstrictor, que regula el diámetro de los vasos sanguíneos.
En
el bulbo raquídeo también están los núcleos de algunos de los nervios
craneales: el hipogloso mayor o nervio motor de la lengua; el glosofaríngeo,
que lleva las fibras nerviosas del gusto a la cavidad bucal; el vago o
neumogástrico, que lleva fibras a las vísceras (cada uno de los órganos
encerrados en las cavidades del cuerpo); y, el espinal, que controla
algunos músculos del cuello.
cuarta
parte
*Dra. Ana Cecilia
Becerril Sánchez Aldana
Médicina
General y
Medicina Estética
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