El
Sistema Nervioso
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El
sistema nervioso del hombre se divide en dos el Sistema Nervioso Central y
el Sistema Nervioso Periférico
Por
Ana Cecilia Becerril*
El Sistema
Nervioso del hombre
En comparación
con el de los otros animales, el Sistema Nervioso del hombre es el de
mayor complejidad. Está dividido en:
-
Sistema
Nervioso Central (S.N.C.): controla y dirige todas las actividades
de tipo voluntarias y el S.N.P. Controla las actividades de carácter
involuntario.
Las estructuras que forman el S.N.C., se encuentran protegidas por los
huesos del cráneo y por la columna vertebral. Además de esta
protección, el S.N.C. cuenta con unas membranas llamadas meninges y
un líquido llamado céfaloraquideo; ambos también lo protegen.
-
Sistema
Nervioso Periférico (S.N.P.): está formado por ganglios y
nervios que se ubican fuera del S.N.C.
El sistema
nervioso está conformado por dos subsistemas con funciones diferentes: el
Sistema Nervioso Central (SNC), conocido también como Cerebroespinal y
Voluntario, que interviene en las funciones de relación, la sensibilidad
y el movimiento; y el Sistema Neuro-vegetativo, llamado también Autónomo
y Nervioso Periférico, que regula las funciones de la vida vegetativa
(circulación, respiración, digestión, etcétera), independientes de
nuestra voluntad.
El sistema
nervioso central está formado por: la médula espinal, estructura
alargada de tejido blando, ubicada al interior de la columna vertebral; y
el encéfalo, estructura voluminosa situada sobre la médula espinal y al
interior del cráneo. En el encéfalo podemos distinguir tres estructuras:
el cerebro, el cerebelo, el bulbo raquídeo y el puente de Varolio.
Todo esto está
protegido por sólidas estructuras óseas, que en su conjunto reciben el
nombre de estuche cráneo-raquídeo, porque está formado por los huesos
del cráneo y las vértebras de la columna vertebral.
Además de las
estructuras óseas, el sistema nervioso central posee otros elementos de
protección: las meninges. Estas son tres envolturas membranosas que lo
rodean en forma concéntrica: la duramadre, la más externa y dura, que
está en contacto con la protección ósea, es decir, con los huesos
craneales y raquídeos; la aracnoides -recibe este nombre por su similitud
con la red de una araña-, que viene inmediatamente después y que es una
capa muy fina; y la piamadre, también muy delgada, que está en contacto
con la médula y el encéfalo.
Entre la
aracnoides y la piamadre existe un pequeño espacio bañado por el líquido
cefalorraquídeo que circula libremente alrededor de este sistema. Este
espacio es un verdadero amortiguador, ya que gracias a la presencia de
este líquido los movimientos bruscos o golpes a los que está sometido el
sistema nervioso le llegan muy suavizados.
Todos los
centros nerviosos están conformados por dos sustancias: la gris,
constituida por grupos de cuerpos celulares neuronales; y la blanca,
formada por axones o fibras nerviosas. En el cerebro y en el cerebelo, la
sustancia gris ocupa la parte externa; en la médula espinal se encuentra
en el interior.
El conjunto
encefálico, formado por más de 12 mil millones de neuronas y 50 mil
millones de células gliales, dispone de una amplia red de riego sanguíneo
condensada en la arteria carótida y la vena yugular, que regulan el flujo
de nutrientes, principalmente glucosa y oxígeno. Los capilares sanguíneos
y las meninges constituyen la barrera hemato-encefálica, que impide la
contaminación con sustancias nocivas, como las toxinas.
Hay doce pares
de nervios craneales que van desde la porción inferior del encéfalo a
diversos órganos y partes del cuerpo. La mayoría lleva información
desde y hacia los órganos sensoriales principales. El primer par está
destinado al olfato; el segundo, tercero, cuarto y sexto, a la visión,
unos en el aspecto lumínico y otros en el movimiento ocular; el quinto y
el séptimo, a la sensibilidad o acción motora de varias regiones de la
cara; el octavo, al oído; el noveno, al habla; el undécimo y duodécimo
son exclusivamente motores; y el décimo está relacionado con el corazón,
los pulmones, el estómago y los intestinos.
La
memoria es el almacén de información del cerebro, tanto de datos
aprendidos como de acontecimientos emocionalmente importantes.
Para
crear recuerdos, se piensa que las células nerviosas forman nuevas moléculas
de proteínas y nuevas interconexiones.
Ninguna
región del cerebro guarda todos los recuerdos: el lugar del
almacenamiento depende del tipo de recuerdo. Escribir o andar en bicicleta
son informaciones almacenadas en zonas motoras, mientras que los recuerdos
sobre la música están en las zonas auditivas.
Existen
tres tipos de memoria: la sensorial, que se almacena por milisegundos; la
de corto plazo, que implica una interpretación y conservación durante
algunos minutos; y la memoria de largo plazo, que exige atención,
repetición e ideas asociativas. La facilidad con que se recuerda depende
de cómo se procesó la información.
El
cerebro es el órgano que controla la actividad fisiológica -el
funcionamiento del cuerpo- e interpreta los impulsos generados por el
contacto con nuestro entorno. Contiene los centros nerviosos para el
pensamiento, la personalidad, los sentidos y el movimiento voluntario.
Este
órgano, que pesa alrededor de 1.200 gramos en un adulto, está compuesto
por dos hemisferios ubicados en la parte superior del cráneo y que
comprenden casi el 90 por ciento del encéfalo. Cada hemisferio mide de 15
a 17 cm desde la parte anterior a la posterior, y juntos miden entre 11 y
14 cm de ancho.
Debajo
de la corteza cerebral, que es una capa de materia gris llena de pliegues,
de unos 2 a 6 mm de espesor, se encuentra la sustancia blanca, integrada
por millones de fibras nerviosas. Al centro del cráneo, la sustancia
blanca de ambos hemisferios se une formando una estructura similar a una
cuerda: el cuerpo calloso, que es el más grande de varios haces de fibras
nerviosas, llamados comisuras, que conectan zonas específicas de los dos
hemisferios.
Ambas
porciones cerebrales están separadas por la cisura de Rolando, surco
profundo que debe su nombre al anatomista italiano Luigi Rolando, que lo
describió por primera vez a principios del siglo XIX. En la parte
anterior de esta hendidura, que separa longitudinalmente ambos
hemisferios, se encuentra la zona que controla la actividad motora,
mientras que en su parte posterior se ubica el control sensitivo.
El
hemisferio derecho rige las funciones de la mitad izquierda del cuerpo, y
el hemisferio izquierdo controla las de la parte derecha. Esto se debe a
que los nervios se entrecruzan en la médula espinal.
El
surco longitudinal (cisura de Rolando) y otro lateral, llamado cisura de
Silvio, separan a los hemisferios en cuatro cuadrantes -que reciben los
nombres de los huesos craneanos que los protegen-: son los lóbulos
frontal, parietal, temporal y occipital.
La
detección e interpretación de imágenes visuales está localizada en el
lóbulo occipital; la percepción auditiva se encuentra en el temporal, lóbulo
donde también se ubica el olfato, el equilibrio y la memoria; en el lóbulo
parietal se sitúan el gusto y la percepción del tacto (temperatura,
presión y dolor); y en el lóbulo frontal se centra el habla, la
elaboración del pensamiento, las emociones y los movimientos.
En
el interior del cerebro hay cuatro cavidades intercomunicadas, llamadas
ventrículos, conectadas con otra cavidad larga y delgada que se dirige
hacia abajo por el centro de la médula espinal. Dentro de estos huecos
fluye el líquido incoloro denominado cefalorraquídeo o cerebroespinal
producido en los ventrículos, y que se renueva cuatro a cinco veces
durante el día.
Este
medio acuoso, rico en proteínas y glucosa, aporta energía para el
funcionamiento de las neuronas y los linfocitos. Estos últimos nos
protegen de las infecciones. En otras palabras, al circular a su
alrededor, este fluido protege y alimenta a todas las estructuras que
conforman el sistema nervioso.
El
cerebro corresponde a la
porción más desarrollada del encéfalo. Está dividido en dos mitades,
llamadas hemisferios cerebrales, uno derecho y otro izquierdo.
En
el cerebro se distinguen tres estructuras fundamentales, que son:
-
la
corteza cerebral -formada por una sustancia gris (los somas de las
neuronas)-;
-
la
porción o masa central-constituida por una sustancia blanca o cuerpo
calloso (los axones de las neuronas)- y
-
los
núcleos de base-formados por agrupaciones o gránulos de sustancias
gris-
La
corteza cerebral presenta ciertos pliegues y hendiduras. Los pliegues se
denominan circunvoluciones. En ella se producen las más complejas
interconexiones neuronales, que proporcionan al hombre su capacidad
intelectual y emocional.
tercera
parte
*Dra. Ana Cecilia
Becerril Sánchez Aldana
Médicina
General y
Medicina Estética
curriculum
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