Cómo atraer
y motivar al mercado sedentario (Parte1)
Existe entre nosotros, los
profesionales del acondicionamiento físico, un gran interés en
desarrollar programas eficaces que satisfagan las necesidades de las
personas que no se ejercitan con regularidad. Buscamos
actividades orientadas precisamente a ese mercado que ya está
"listo para comenzar", pero que por una u otra razón
no lo hace. Es fundamental comprender los procesos mentales de
este grupo de gentes inactivas, la manera en que contempla el
ejercicio y los obstáculos a los que se enfrenta cuando trata
de iniciar un programa regular de actividad física. De mayor
trascendencia es aún saber cómo puede gestarse en el
individuo un cambio positivo de conducta hacia el ejercicio y de
conceptos que han sido desarrollados para llegar a la filosofía
que se comparte en este discurso.
Antes de atraer a los invictos
a nuestras instalaciones debemos de comenzar por mirarnos a
nosotros mismos y a nuestro personal a través de los ojos del
individuo sedentario. Para las personas que hacemos ejercicio
regularmente el llevar a cabo un programa de acondicionamiento
físico no es una tarea difícil de realizar. Es una actividad
la cual disfrutamos y nos produce una gran satisfacción.
Desafortunadamente, esto no es real para quienes no lo
practican. Existe una gran evidencia científica que corrobora
los beneficios que el ejercicio corporal aporta la salud. Esto
fue publicado en el Reporte Médico General de los Estados
Unidos de Norteamérica en 1996, referente a la salud y la
actividad física. En dicho documento se clasificó a la
inactividad y a los bajos niveles de aptitud física como un
factor de riesgo primario.
Resumiendo algunas de las
investigaciones que se hicieron al respecto, se demostró que
existe un elevado riesgo de padecer enfermedad cardiaca de
coronarias en las personas físicamente inactivas, los datos que
fueron aportados por las clínicas de Coopera Dallas, en el
estado de Texas, demostraron que el progresar de un bajo nivel
de aptitud física a una moderada condición, reduce
dramáticamente el riesgo de la muerte prematura. Este estudio
sugiere que hasta una caminata vigorosa, realizada con cierta
regularidad, puede hacer que cualquier persona entre a la
clasificación de "moderadamente apto" con toda
facilidad.
Las indagaciones provenientes
del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EEUU
demuestran que, en comparación con aquellos que se ejercitan al
menos tres veces por semana, las personas sedentarias duplican
la oportunidad de desarrollar enfermedad de coronarias. En la
actualidad, el gobierno de este mismo país, estima que
alrededor de 300,000 personas mueren anualmente debido a la
falta de actividad, y que del 14 al 24% de las muertes que
ocurren por enfermedad crónica, son por la misma razón. Por su
parte la Americana Heart Association identifica a la inactividad
física como d e los cuatro principales factores de alto riesgo,
siendo los otros tres: La elevada presión arterial, los altos
niveles de colesterol y el hábito de fumar. La recomendación
emitida con respecto al ejercicio, basada en el Reporte Médico
General, es de que treinta minutos de actividad a mediana
intensidad realizada la mayor parte de los días de la semana,
hará que las personas progresen a una categoría moderada
condición, lo cual es suficiente para mejorar su nivel de
aptitud y de salud física.
A pesar de estos datos, y del
gran caudal de información en donde se demuestran múltiples
beneficios del acondicionamiento físico regular la mayor parte
de las personas aun no lo integran a su régimen de vida. La
realidad es que en los últimos veinte años a habido muy pocos
cambios al respecto, y aunque se ha dado un incremento en el
número de personas que se inscriben en los deportivos, clubes
y gimnasios, también se ha incrementado el índice de deserción
en los mismos. Lamentablemente las cifras estadísticas también
nos indican que a habido un aumento considerable en el grado de
obesidad (8% de 1976 a 1991) y en el consumo calórico pero que
une por otra parte, el nivel de trabajo corporal sigue siendo
todavía el mismo aunque algunos estudios independientes estiman
que éste a disminuido. Todo lo anterior nos señala que de no
haber modificación en el patrón de conducta en las personas,
tendremos en un futuro próximo una población mas obesa y con
mas bajos niveles de aptitud física. Los profesionales de la
salud y el acondicionamiento físico no podemos más que
preguntar ¿porqué de la gran difusión generada persisten los
problemas?
Debería darse por hecho que la
gente, conociendo las bondades de la actividad física vigorosa,
¿por qué no la practican?, ¿qué podemos hacer para
convencerles de que el ejercicio sí puede formar parte de su
estilo de vida, que es conveniente, que sí puede ser insertado
en su horario del día, que es lago que pueden disfrutar
enormemente y que beneficia significativamente su vida?
En el próximo número de
Clubes & Gimnasios continuaremos con este tema tan
interesante para todos nosotros. Abarcaremos la filosofía que
se ha desarrollado para producir un efectivo cambio en la
conducta de los individuos y por medio de la cual podremos dar
repuesta a todas las preguntas que aquí hemos planteado.
segunda
parte
Este artículo es
cortesía de la revista
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